Última actualización: 30/07/2017
La jornada vespertina del primer día del B-web comenzó con el gran nivel con el que acabó la de la mañana.
El primero en abrir fuego, tras una rápida comida, fue Stephan Fuetterer. Fue también el primero, y ya habían pasado seis conferenciantes por el estrado, en hacer caso de la pantalla con los tweets. ¿2.0? En casa del herrero, cuchillo de palo.
También fue el primero, y el único, en bajarse del escenario y realizar su exposición entre las mesas de los asistentes. Brillante.
Insistió en muchos de los aspectos que ya se habían comentado en las cinco conferencias anteriores pero es lo que tiene salir de sexto.
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Roi
A Stephan Fuetterer le tocó hablar del ROI. Vaya, otra vez la palabra que todos temen.
Aseguró que “no hay que volverse loco con las mediciones” y que cuando los directores financieros le preguntan por el ROI de las acciones en social media él les pregunta “por el ROI de ese jardín que tiene delante de sus oficinas”.
Recomendó a las empresas “hablar con los clientes, pero no de ti, porque eso es muy aburrido”.
También apuntó que “si el contenido es el rey, la reina es cómo se cuenta” y que “como consumidor nos gusta mucho que nos escuchen”.
Por eso cuando una empresa diga “ya me están poniendo verde” en las redes sociales, les recomendó: “por qué no te sientas en la misma mesa y le preguntas qué le pasa”.
Aplicaciones para móviles
Juan Pablo Bustos fue el encargado de describir, de una forma más extensa de lo necesario, el gran potencial que tiene el móvil, y sobre todo el negocio de las aplicaciones que se descargan en los smartphones.
“Todo lo que se va a hacer a partir de ahora va a tener en cuenta el móvil”, avanzó Bustos, quien reconoció que el móvil es la tercera pantalla, tras la televisión y el ordenador, en términos de oportunidad de marketing.
Y aquí también destacó que la geolocalización “es el gran aliado para el comercio local y las promociones”.
Lo mejor llegó al final cuando hubo un enganchón, amistoso, eso sí, con Pumarola. El debate sobre la encendida defensa de las aplicaciones de móviles (Bustos) y su pequeña penetración (Pumarola) fue de lo mejor de la tarde.
Objetor de conciencia en Facebook
Carlos Guardiola, que se declaró objetor de conciencia de Facebook, introdujo uno de los temas que más nos preocupa: nuestra confidencialidad en la nube.
Pese a que es un tema duro, Guardiola lo explicó de una forma muy interesante y amena.
Dio una cifra muy reveladora: ya hay más de 80.000 sitios web en los que te dejan registrarte con tu Facebook.
A partir de ahí dibujó un panorama muy sombrío y fue narrando todas las aberraciones que se han realizado con las cesiones, pese a estar prohibidas, de datos personales en internet.
Y no sólo lo hacen empresas privadas, también dio ejemplos de administraciones públicas.
Su conferencia la resumió en cuatro grandes conclusiones: la sociedad de la información se basa en la compartición; las medidas de seguridad nunca son suficientes; la existencia de leyes no garantiza su cumplimiento, y la confidencialidad “es nuestro derecho”.
Realidad aumentada
Impactante fue la cuarta conferencia de la tarde (novena del día).
César González fue el encargado de hablar de la realidad aumentada y el geoposicionamiento.
La verdad es que las posibilidades de la AR, “no confundir con Ana Rosa (Quintana)” parecen infinitas.
Dio algunos ejemplos de como probarnos unas gafas desde nuestro ordenador y ver cómo nos quedan, o hacer lo mismo con diferentes modelos de peinado u operaciones de cirugía estética.
César González explicó que el geoposicionamiento da “la información referida a la posición real del usuario” y eso hace posible dar “un mensaje personalizado” a ese consumidor y tener una mayor “proximidad” con él.
Cerró la primera jornada un brillante Víctor Puig.
Mala gestión de la reputación online
Pese al cansancio tras más de ocho horas metidos entre cuatro paredes, el director de reputación y contenidos de la agencia Overalia supo mantener la atención de la audiencia con una serie de ejemplos muy gráficos y muy cercanos sobre la mala gestión de la reputación online de varias empresas.
Fue una de las conferencias más divertidas. Así habló del caso de dodot, de la infografía del diario deportivo As que borró a un jugador del Athletic para que pareciese un fuera de juego de un jugador del Barcelona o los plagios de Inditex a blogers de moda.
Meter la pata
“Una vez que metes la pata, ya no se puede hacer nada aunque se retire el contenido”, avisó Víctor Puig. “Retirar un contenido es peor que dejarlo”, insistió. “Echar balones fuera no ayuda”, avisó.
Cuando hay un problema de crisis en la reputación online, Puig reconoció que hay dos palabras mágicas para templar los nervios del consumidor que está al otro lado del teclado: “Tienes razón”.
Eso no quiere decir, también dijo, que haya que dar la razón al cliente, pero es un buen punto de partido para dialogar con él.
¿Hay impacto en las ventas por una crisis de reputación online?, se preguntó. No se atrevió a responder. Lo que sí dejó claro que es que “hay un impacto en la marca” y si se producen con asiduidad “la acaban erosionado”.