Última actualización: 27/10/2020
¿Hasta dónde ha llegado la degradación del periodismo español para que alguien se pase un buen rato pintando el cartel que ilustra este post y salga a la calle a gritarlo a los cuatro vientos?
¿Hasta dónde ha llegado la degeneración de la prensa para que la sociedad no confíe en unos medios de comunicación que deberían informarla con un mínimo de veracidad?
¿Hasta dónde ha llegado ese declive para que se vea obligada a utilizar otros medios sin ataduras y libres como Facebook, Twitter o YouTube para poder estar informada y también para informar? Y no me refiero a que las redes sociales acabarán con la prensa. No. Ese es otro debate.
Me refiero a que la voz de la mayoría de los medios de comunicación españoles ya no es libre. Ya no informan de la realidad que es, sino de la realidad que ellos quieren que sea. Para un periodista duele leer frases como la de arriba: «Ahora nosotros damos las noticias». Pero lo peor de todo es que tiene razón.
Nadie duda del daño que han hecho determinadas portadas de determinados periódicos. Ni determinados informativos de determinadas televisiones o radios.
O programas que están muy cerca de oler a lo que huele el camión de la basura que pasa todas las noches por debajo de mi ventana.
Con informaciones sesgadas, tendenciosas, difíciles de creer en muchos casos y que a uno le hace pensar si el que las ha ideado piensa que somos tontos.
Eso sí. No mienten. Faltaría más. Eso atentaría contra la ética periodística a la que siempre apelan.
Pero esconden la realidad, le dan la vuelta o la tergiversan, que para el caso es lo mismo.
Y mientras, los españoles, con toda la razón del mundo, gritan a los cuatro vientos: “Ahora nosotros damos las noticias”.
Y mientras, el periodismo español languidece y la sociedad se convierte en periodista por obligación. Es lo que hay.
Estimado Manolo:
Lamento discrepar sobre esta entrada que has escrito y el periodismo ciudadano, que, en cierta manera no creo en él por varios motivos, entre otros por los conocimientos que un ciudadano cree que tiene sobre los límites éticos, morales y de desarrollo que conlleva una información o un proceso informativo.
Coincido contigo en que los Medios de Comunicación están demasiado contaminados por las declaraciones políticas y la opinión pública, por ende también. Pero se están haciendo trabajos muy interesantes en digital, alejados de los grandes medios de comunicación que, a su vez, pertenecen a grandes grupos de comunicación.
En sus redacciones el trabajo periodístico se multiplica por infinito a la vez que la plantilla se reduce en un 70% o más y se ve reemplazada por becarios que a cambio de cero euros trabajan (no hacen prácticas). Es decir, que antes el trabajo que hacían 10 ahora lo hacen 3 y supervisando, como debe ser, las tareas que hacen los estudiantes; como comprederás la situación desborda a cualquier periodista. Ello comporta: cubrir menos noticias, menos tiempo, más responsabilidades, trabajo deficiente, errores y poco espíritu crítico con el mismo espacio; es decir, en el caso de la prensa «rellenar» el mismo número de páginas.
Comentas que Twitter, Facebook y Youtube sustituirán a los medios. Por la parte que me toca creo que serán otros canales para apuntar un titular o para poder interactuar con los ciudadanos pero nunca para profundizar en la noticia. Es peligroso resumir en 140 caracteres una información económica o científica, además de inexacto y peligroso.
No creo que el periodismo per sé languidezca, pero sí las rutinas productivas y la concepción del trabajo de un gran medio de comunicación. Cambiarán porque los periodistas y la sociedad se lo está exigiendo y desaparecerán como hoy en día los conocemos.
Eso sí, te puedo garantizar que el periodismo no está moribundo aunque se hace profundamente difícil poder trabajar en cualquier proyecto como toda profesión en este momento.
Toda vez te doy las gracias por escribir esta entrada porque a un periodista le duele ver esos carteles y, especialmente, que la sociedad pierda la confianza en la profesión.
Un saludo.
Hola MJGrau. Lo primero, muchas gracias por dejar tu comentario y puedes discrepar lo que quieras. Faltaría más. Lo que dices es muy clarificador y estoy de acuerdo en el 97% de lo que dices.
El primer 1% es que cuando me refiero a que la sociedad se está convirtiendo a la fuerza en periodista me refiero a que ahora cuenta noticias que no salen en otros sitios. ¿Eso es periodismo? No. ¿Es informar? Sí.
El segundo 1%. Dices que comento que Twitter, Facebook y Youtube sustituirán a los medios. Me he vuelto a leer otra vez el post y no he encontrado esa parte. Quizá no me expliqué bien.
Y el tercer 1% es que sigo pensando que el periodismo languidece. ¿Se hace mejor periodismo que hace 10 años? No ¿Que hace 5? No. Por eso digo que el periodismo languidece y el problema es que no le veo que tenga pintas de mejorar.
Un saludo y muchas gracias por el comentario
Hola, interesante el debate, aunque no estoy enteramente de acuerdo con sus posibles conclusiones. Por ejemplo, quién nos asegura que lo que cuenta cualquiera, incluso bajo anonimato o suplantación, es la verdad, es objetivo y tiene como misión el servicio a la sociedad?. Creo que es muy sencillo decir que la sociedad se convierte en periodista, para atacar a medios que en su línea editorial no opinan lo que a algunos les gustaría leer, de la misma manera que se mide a los políticos por el mismo rasero o se invita a tomar el Parlamento… Por cierto, con antecedentes que nos sitúan en nombres como Pavía y Tejero. Saludos
Debo decir que me estoy fuertemente emocionado ante el debate propuesto, ya que es un tema que me apasiona.
Antes de nada, me gustaría decir que los argumentos de MJGrau y de Manolo Rodríguez son muy acertados. Pero quisiera aportar alguna consideración.
La primera es que, el argumento de MJGrau sobre la disminución de la capacidad productiva de las redacciones conlleva necesariamente que el periodismo languidece. La información que genera los medios, en parte por los motivos que comenta, ha reducido su calidad, originalidad y credibilidad. La dependencia de información ya generada por agentes externos (ruedas de prensa, notas de prensa o información de agenda), limita la calidad de los contenidos. El ciudadano percibe estas carencias. Igual que percibe las carencias informativas del becario, muchas veces con informaciones inexactas, carencia de contextos y conocimientos aplicados.
Pero hay un motivo que no se ha tocado y que, considero, no es menos importante. Los medios de comunicación españoles, ya desde hace una década, más desde el inicio de la crisis, depende en exceso de la publicidad y, por tanto, de los financiadores de esta publicidad.
Quizá este punto sea menos obvio en los medios nacionales. Pero es extremadamente clarividente en los medios regionales. Sobre todo en aquellos cuyo Ayuntamiento y Gobierno regional son de distinto signo político.
Con la falta de publicidad privada, estos medios dependen de «subvenciones» falseadas mediante el pago de campañas de publicidad públicas. Quien hemos trabajado en éstas condiciones, conocemos el tiento con el que la dirección de los medios tratan la información política. Ningún medio que vive en estas condiciones está dispuesto a molestar a un partido u otro, por miedo a perder estas «subvenciones». Igual ocurre con agentes sociales de gran calado y fortaleza económica, como por ejemplo la Iglesia Católica y las fuertes inversiones en publicidad. También, por ejemplo, ocurre con las Universidades.
Sea cual fuere el motivo, el ciudadano percibe estas carencias en la información.
No creo que en el ciudadano periodista. Pero sí creo que Internet es un caldo de cultivo para que los grandes generadores de opinión en la sociedad encuentren campo desde el que difundir sus ideas. Esto siempre existió, lo cambia es el canal mediante el cual llevan a cabo su acción.
En respuesta a Aurelio Martín, quisiera recordarte que la objetividad del medio de comunicación no se sobreentiende, sino que es el propio medio de comunicación quien se la debe ganar con su trabajo. Igual ocurre con el ciudadano que divulga su conocimiento. Un experto en un tema, con suficiente don comunicativo y que, en su quéhacer, demuestre su honestidad y objetividad, conseguirá situarse en el centro de la generación de opinión. El ciudadano que carece de conocimientos, es incoherente, es incapaz de comunicar o es deshonesto, no alcanzará mayor atención.
El ciudadano web está cada vez más educado en esta tecnología y, poco a poco, es más selectivo en sus fuentes. Si los medios tradicionales son capaces de mejorar, serán las fuentes favoritas de estos ciudadanos. Si la partida se la ganan expertos generadores de opinión, los medios (tal y como hoy los conocemos) podrían tener los días contados.