Última actualización: 05/07/2022
Muchos escritores principiantes, y los que no lo son también, escuchan esa voz interna que les hace cuestionarse todo lo que hacen.
Su cabeza se llena de preguntas como estas:
¿Es bueno este texto?
¿Le interesará a alguien?
¿Haré el ridículo?
¿Por qué intento competir en una temática con tantos y tan buenos escritores?
¿Por qué me meto en estos berenjenales?
Muchos de los errores que cometemos con nuestros escritos se pueden atribuir a nuestras propias inseguridades.
Nuestros saboteadores internos.
Son ellos los que no nos dejan avanzar y mostrarnos tal y como somos.
Siempre tenemos esa vocecilla encima del hombro que nos susurra al oído:
“No arriesgues tanto que te la vas a pegar”.
El cerebro es muy cabrito.
No quiere que le hagas trabajar.
Por eso siempre te dice que no vayas al gimnasio.
Que estáis mejor tumbados en el sofá mientras veis una serie de Netflix.
A veces gana él.
Y a veces ganas tú.
Lo que hay que intentar es que la mayoría de las veces lo hagas tú.
Que para eso eres el que manda.
¿No?
Porque eres el que manda
¿Verdad?
Muchos de esos temores que nos asaltan evitan que crezcamos como escritores.
Que saquemos nuestra propia voz interna al exterior para conseguir diferenciarnos del resto.
Pero como esos errores vienen de nuestros propios temores e inseguridades, hay maneras de superarlos.
Te enviaré las claves en próximos correos que tardarás menos de un minuto en leerlos.
Hasta entonces decide si quieres ir al gimnasio o ver otra serie en Netflix.
Hasta el próximo EN1MINUTO.