Última actualización: 04/10/2022
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Dice Juan Hernando, uno de los alma mater de la WordCamp de Pontevedra, que “una WordCamp no se acaba hasta que se escribe sobre ella”.
Así que ahí va.
Esta PonteWordCamp ha sido especial. Especial por varios motivos.
Ha sido el primer gran evento presencial de marketing digital, redes sociales, etc. al que asistía después del Covid (d. del C.).
También ha sido la primera vez d. del C. que daba una charla en vivo.
He dado unas cuantas decenas en los últimos años, pero esta ha sido la primera vez que compartía escenario con más ponentes.
También ha sido especial porque había montado el viaje –hasta habíamos reservado restaurante para la noche del sábado– con otros dos amigos -y mi chica que se incorporaba a la fiesta por la tarde-, pero tuvieron que suspenderlo por un problema familiar.
Así que habrá que repetir el próximo año.
Creo que es importante cerrar círculos.
La última charla presencial que di antes del Covid (a. del C.) fue el 13 febrero de 2020, justo un mes antes de que todo se pusiese patas arriba.
Fue también un evento relacionado con WordPress: la MeetUp de WordPress Coruña.
Así que creía que era una buena idea cerrar el círculo (volver a dar una charla en vivo) en otro evento de WordPress. Esta vez la WordCamp de Pontevedra.
Fue una de las razones que le comenté a la organización cuando les presenté mi propuesta y creo que fue uno de los motivos por el que la aceptaron.
En los últimos diez años he asistido a muchos eventos que han durado una jornada o dos.
Cálculo que dos o tres por año.
En Sevilla (EBE de 2012, 2013, 2014 y 2015, en Madrid, en Zaragoza, en Barcelona (Mobile Word Congress de 2018 y 2019 , en A Coruña, en Santiago, en Lugo, en Santander …
Pero en ninguno había sido ponente.
Así que desde el principio esta PonteWordCamp fue diferente.
Tuve la suerte de dar la charla en tercer lugar.
Así evitas los nervios durante todo el día hasta que te subes al escenario.
Das tu charla, liberas la presión que tienes y ya puedes disfrutar del resto de WordCamp.
Y eso fue lo que hice.
Para ser la primera en vivo después de más de tres años me sentí muy a gusto.
Disfruté y creo que los asistentes también se lo pasaron bien.
Hablé de ‘Las chicas de oro’, de mi tía Constancia, de Moisés, sí, el de las tablas de la ley y el que abrió las aguas del Mar Rojo…
Ya lo sé.
Todo muy relacionado con WordPress.
Aquí la tienes la charla en video.
Fuente: WordPress.tv
Hablé de blogs.
De lo que he vivido en estos 11 años con Desenredando la red.
Además de compartir lo que he aprendido con el blog en este tiempo, quería que fuese una charla que inspirase.
Así que cuando una persona, en el turno de preguntas, comentó que se había visto reflejada en muchas de mis palabras me dije: “Objetivo cumplido”.
Pero dejemos de hablar de mí.
Pasemos al evento.
La WordCamp de Pontevedra es como una burbuja.
Es una sensación muy parecida a la que tuve cuando hice el Camino de Santiago.
Y si lo has hecho, sabes a lo que me refiero.
Durante toda la PonteWordCamp, vives en una burbuja de buen rollo, de compañerismo, de aportar, de sumar, de querer ayudar, de hablar con gente que no conoces, de hacer amistades que luego duran…
Ya podría ser siempre así ‘en la vida real’.
La PonteWordCamp no solo son 30 charlas.
No solo es el cóctel que un día antes la organización da a los patrocinadores, organizadores y ponentes.
No solo es comida hasta reventar (hubo desayuno, almuerzo a mitad de la mañana, comida, merienda a mitad de la tarde y traca final de pulpo y Estrella Galicia cuando acabaron todas las charlas).
La PonteWordCamp es volver a reencontrarte con gente que hacía tiempo que no veías.
Es hablar con personas que no conoces y que en la calle no te atreverías hacerlo.
Es hacerte un croquis de las charlas que quieres ver, pero al final te quedas por los pasillos hablando con alguien porque entre el camino entre una sala y otra te cruzas con esa persona, intercambias unas palabras y al final terminas hablando media hora.
Eso también es una WordCamp.
Una WordCamp hay que vivirla, al menos, una vez en la vida.
Y si vas una vez, repites.
Es como una droga, pero de las buenas.
Antes de acabar sería un pecado no tener unas palabras de agradecimiento para los organizadores y voluntarios de la WordCamp de Pontevedra.
Esos que en la foto de arriba van vestidos con una bata morada en homenaje a las mujeres del rural gallego.
Personas que de forma altruista quitan horas de sueño y de estar con su familia para montar un evento en el que los 275 asistentes nos sentimos como en casa.
Eso también es la WordCamp.
Titulé mi charla ‘Larga vida a los blogs’
Pero la tenía que haber titulado ‘Larga vida a las WordCamp’.
Hasta la próxima WordCamp.
La foto de apertura del artículo, la segunda y la cuarta son de Nilo Vélez, y la primera es de Natalia de la Peña