Última actualización: 14/02/2023
El cerebro es la leche.
Te despiertas un día y te dices “voy a hacer caso al tipo este y a empezar a escribir. Comenzaré con 500 palabras”.
Y te sale la vocecilla que llevas dentro y te dice:
“¿500 palabras? No vas a poder. Jajajaja”.
La carcajada se te clava en tu ego.
El cerebro es muy cabrito.
Porque el tío es muy vago.
No quiere trabajar.
Pero tú eres más listo y tienes que engañarlo.
Debes elegir un objetivo tan pequeño que sea imposible que no lo consigas.
¿Por qué en vez de 500 no empiezas por 200 o por 280 palabras como este EN1MINUTO?
“Si no estás llenando un vaso, elige uno más pequeño y te sentirás más motivado para llenarlo”.
Esta gran frase no es mía.
Ya me gustaría.
Es de Alfonso Alcántara (Yoriento).
Así que primero escribe textos cortos.
Escritos que sean imposibles que no los acabes de lo reducidos que son.
Después, si quieres, aumenta la longitud.
Es como cuando empiezas a correr.
No te haces 10 kilómetros el primer día.
Te quedas en 2.
Si llegas.
Y luego ya aumentas.
Pues con la escritura pasa lo mismo.
Ah, y una cosa.
No esperes que se te aparezca la inspiración.
La inspiración no existe.
Ya te comenté en otro EN1MINUTO lo que decía Picasso: “No creo en las musas…, pero si llegan que me pillen trabajando”.
Habrá textos que serán mejores que otros, pero no se deberá a la inspiración.
Escribir no es más que técnica.
Cuanto más escribamos, mejor lo haremos.
Como en cualquier deporte, lo más importante es entrenar.
Así que empieza por lo fácil y tu cerebro no se reirá de ti.
Hasta el próximo EN1MINUTO.