Última actualización: 18/11/2023
Cuenta la leyenda, que como toda leyenda nunca sabes si es cierta o no, que el despiste de un comerciante que se convirtió en multimillonario por no tildar la conjunción “o” fue el detonante de que se empezase a colocar la tilde en esta letra.
Según explica la RAE, hasta 1911, se tildaba siempre.
A partir de 1911, solo entre números para distinguirla del cero.
Y desde 2010, no se tilda nunca, incluso entre números.
Pero vayamos con la leyenda.
Pongámonos en situación.
Siglo XV.
Un comerciante realiza un pedido de azafrán para después venderlo en su tienda.
En la nota de compra escribe a mano y con rapidez que quiere 5 o 6 kilos de esta especie.
Los suficientes para tener abastecida su tienda durante un año.
Además, compra un poco más de lo habitual porque el precio en esa época era bajo.
Unas semanas después, recibe 506 kilos.
¿Qué había sucedido?
Como la conjunción “o” no llevaba tilde y los números y la letra estaban muy juntos el vendedor supuso que quería 506 kilos y eso fue lo que le envío.
Cuando recibió el cargamento, el comerciante se echó las manos a la cabeza.
¿Qué voy a hacer con tantos kilos de azafrán?, se dijo.
El sólo quería 5 o 6 kilos y al final había recibido más de 500.
Era su ruina.
Pero tuvo un golpe de suerte.
Debido a unas malas cosechas y a que varios barcos cargados de azafrán se hundieron, el precio de esta especie se disparó.
Y pudo venderla diez veces más cara que cuando la compró.
Y así fue como una simple tilde convirtió a este comerciante en multimillonario.
Hasta el próximo EN1MINUTO.